Hay una verdad en el fútbol que es más vieja que los capítulos del Chavo que cada tanto pasa Telefé (a propósito, hace mucho que no está en pantalla este clásico de la televisión mundial): cuando el campeonato se define en la penúltima fecha, la última es aburridísima. Partidos jugados solamente para cumplir, técnicos desmotivados porque saben que se van a tener que ir y juveniles que aprovechan para sumar algunos minutos, tal vez los únicos de su carrera.
Dentro de este contexto, los únicos atractivos que ofrecía la 19a fecha del Clausura 2007 eran averiguar quién iba a acompañar a Quilmes a la Primera B Nacional (Chicago o Belgrano) y quién se iba a quedar con el último lugar disponible para la Copa Sudamericana de este año y con la posibilidad de entrar a la Libertadores 2008 si Boca gana la 07.
Pues bien, esta última incógnita fue develada en la apertura de la jornada. Vélez se despidió del torneo con una derrota y ya no podrá alcanzar a Lanús en el sexto lugar de la tabla general. De esta manera, el equipo dirigido por Ramón Cabrero se aseguró un lugar en el torneo continental de fin de año y todavía sueña con quedar quinto, desbancar a Arsenal y meterse en la Libertadores sin depender de Boca, justamente su rival del domingo.
El responsable de acabar con las ilusiones de Vélez fue nada más y nada menos que River, que lo derrotó por 3-2 con goles de Galván, Gerlo y Abelairas (Papa y Escudero marcaron para los de La Volpe). Sí, River, que pedía a gritos que llegara el final de una temporada nefasta --por errores propios y virtudes ajenas--, se dio un último gustito antes de irse de vacaciones.
Fue un partido de muchas contradicciones, incluso antes de empezar. A saber: Galván, que no venía siendo tenido en cuenta, se ganó la titularidad luego de hablar mal de Passarella en la semana. River, que jugó mal durante el primer tiempo como en gran parte del torneo, se fue al descanso 2-0 arriba. En el entretiempo, La Volpe sacó a su único delantero (Balvorín) para poner un lateral (Papa) y fue más ofensivo que nunca, hasta llegar al empate. Siguiendo con las paradojas, en el mejor momento de Vélez llegó el tercer gol de River, con una muy buena jugada de Ferrari (se fue expulsado sobre el final) definida por Abelairas.
Cierre entonces para dos equipos que no pudieron cumplir con sus objetivos. Vélez se quedó afuera de todo y deberá reforzar bien un plantel que se quedará sin Sessa, Castromán, Mauro Zárate...
River, por su parte, sufrió una combinación fatal: un equipo sin figuras que no respondió en la cancha, un técnico resistido por hinchada y jugadores, una barra brava que en vez de apoyar decidió pelearse entre sí... Encima, como si esto fuera poco, Ramón Díaz ganó el campeonato local con San Lorenzo y Boca tiene su sexta Libertadores en el bolsillo.
Ay, River!
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