Toda esta gente pasó por acá

viernes, 15 de junio de 2007

El señor de los anillos



Sí, ya sé, no voy a ganar un concurso de originalidad por el título de la nota. Tampoco era la idea, ojo. Lo que pasa es que de este pibe se habló tanto y tan bien que ya no queda mucho por decir. Para colmo, el irrespetuoso se encarga a cada rato de dejar en claro que cualquier cosa que se diga queda chica al lado de las cosas que hace adentro de la cancha.

La historia es así: San Antonio le ganó 83-82 a Cleveland como visitante, barrió la serie final por 4-0 y obtuvo el cuarto campeonato de la historia de la franquicia, desde que en 1976 se incorporó a la NBA (sólo Boston, Los Angeles y Chicago ganaron más). Lo relevante es que se trató de la primera vez en la historia que dos argentinos formaron parte de un plantel campeón de lo que los yanquis aseguran que es el torneo más importante del mundo (yo no estaría tan seguro, pero este no es el momento de discutirlo).

Para el cordobés Fabricio Oberto fue su primer título en su segunda temporada. Se le notaba la cara de felicidad en los festejos post partido al pivot de Las Varillas, que seguramente jamás pensó hace unos años que llegaría a conquistar un anillo. Oberto arrancó como suplente la temporada pero de a poquito se fue ganando un lugar a fuerza de su ferocidad defensiva y su gran aporte para el equipo, que no siempre se refleja en los números.

Lo de Manu en cambio ya es descomunal. En sólo cinco años en San Antonio, ya ganó su tercer título, con participación fundamental en todos ellos (en 2005 estuvo a un pasito de ser el MVP de la final y ayer, a pesar de ser suplente, fue el goleador). Ya se habla de retirar la camiseta 20 y de que al bahiense lo espera un futuro en el Salón de la Fama, adonde no entra cualquiera.

Para poner un poquito en contexto la hazaña de ObiWanGinobili (así lo llaman en Texas), mientras que a él le tomó cinco años ganar tres anillos, Michael Jordan necesitó nueve para alcanzar semejante proeza. No se pretende desde este humilde sitio comparar a Manu con el atleta más grande de todos los tiempos, pero este dato agranda aún más su campaña.

Ginóbili fue uno de los vértices del motor que movió la maquinaria de los Spurs. The Big Three ya ranquea entre los tríos más gloriosos de la historia. El vértice principal es Tim Duncan: debajo de esa cara de póquer (por no decir cara de nada) se esconde un jugador formidable, que cambió para siempre la historia del conjunto texano. Su llegada en 1999 abrió el camino del éxito para San Antonio con campeonatos en ese año, en 2003 y en 2005 (en las tres ocasiones él fue el mejor jugador de las finales).

El terceto se completa con el belga nacionalizado francés Tony Parker. Muchas veces tildado de pecho frío, el futuro marido de Eva Longoria (clap, clap, clap, clap) sencillamente la rompió en la final (fue elegido MVP). Se puso el equipo al hombro y se ganó su lugarcito en la historia.

Con respecto al partido de ayer, el que terminó de definir la serie (fue la octava barrida en la historia de las finales), hubo otro motivo de orgullo para los argentinos. Cuando Anderson Varejao (brasileño para más datos) volcó la pelota con autoridad para empatar en 66, lo que parecía una victoria segura se empezó a complicar y el estadio Quicken Loans se levantó, ilusionado con estirar la serie.

Justo en ese instante apareció la garra argentina en todo su esplendor. Un triple de Manu, un dos y uno de Oberto, una bandeja del cordobés con asistencia del bahiense para una racha de 8-0 que volvió a poner las cosas en su lugar y dejó a San Antonio a un pasito de la gloria. Un pasaje clave del partido, que tuvo color celeste y blanco 100 por ciento.

Luego, Ginóbili anotó otro doble más y con 6 tiros libres se encargó de sentenciar el juego desde la línea, a pesar de la arremetida final de los de LeBron James (tranquilo LeBron, en cuanto dejes de jugar solo vas a empezar a ganar campeonatos).

Así, se volvió a confirmar que la defensa gana campeonatos, que lo que cuenta no es la temporada regular sino los playoffs (pregúntenle al fiasco de Dallas si no me creen) y que el básquet argentino, el básquet de los campeones olímpicos, está entre los mejores del mundo.

Salud campeón!

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